Los problemas de comportamiento en la infancia suelen generar frustración e impotencia tanto en padres como en educadores, especialmente cuando su frecuencia, duración, intensidad o topografía presentan consecuencias negativas para el niño, para otros o para el ambiente. Así por ejemplo, las dificultades de atención y/o hiperactividad, las rabietas o las conductas socialmente inadecuadas dificultan el adecuado desarrollo y evolución del aprendizaje infantil. Es importante en estos casos que padres y educadores dispongan de herramientas eficaces para su resolución.
Los educadores disponen de herramientas para solucionar los problemas de conducta |
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